martes, 13 de mayo de 2008

Diario de un damnificado Cap. 15

Que gusto da cuando vas a alguna actuación y todo sale bien. Especialmente aquellas en las que lo único que tienes que preocuparte es grabar algo o simplemente cuidar de una maleta. Durante mis años de damnificado he vivido miles de situaciones casi increibles, miles de meteduras de pata, montones de anecdotas que aún a día de hoy trato de ordenar y plasmar en este blog. Entre todas ellas las mas repetitivas son siempre las mismas... ¡Esa música!

Y es que en un 80% de mis asistencias a cualquier espectáculo el tipo de la música ha metido la pata de sobremanera al menos en una ocasión. O pone las canciones antes de que entren las bailarinas, o pone la canción después de 1 minuto de tensa espera, a veces pone la que no corresponde y la nena se queda paradita con cara de "trágame tierra"... Las pone demasiado altas o demasiado bajas de volúmen... A veces las corta antes de terminar o el equipo de música decide dar un breve salto de unos segundos... Situación muy cómica por cierto.

Se de buena tinta que hay auténticos profesionales de esto y en muchas ocasiones son damnificados los que hacen un trabajo magnífico, pero hay cada chapuza por ahi que ni te cuento. Da igual que les pases la música en un cd perfectamente marcado, numerado y una preciosa lista con las canciones, la duración... es igual... Siempre hará algo raro.
He visto a más de una chica llevarle al tipo de la música un Cd al que solo tenía que darle al Play, con las pausas hechas y con música de fondo entre una canción y otra y aún así ha metido la pata.

¿Y a qué viene esto? Pués a que este fin de semana he visto a una preciosa bailarina toda bien puestecita en su escenario que entre canción y canción tenía que gritarle al de la música cual caminonero resacoso.. ¡Pon la cuatro!... ¡Esa no!... ¡La siguiente!... Y es que así se pierde gran parte del encanto.

Algún día hablaré también de las luces... de las que como buen damnificado me he convertido en todo un experto y que en mi humilde opinión puden suponer un tremendo empujón o un gran batacazo para cualquier actuación.