jueves, 31 de julio de 2008

Una de cuernos orientales

Saludos oh gran gurú espiritual, te escribo en busca de consejo pues llevo ya varios meses sumergido en un tremendo problema del que no consigo librarme.

Bien, como casi todos los lectores de este blog pertenezco a una clase emergente de novios y amigos de chicas practicantes de danza del vientre, en mi caso novio, y aunque hasta ahora no he tenido grandes problemas con esta afición hace un par de meses haciendo honor a mi fama de descocado la lié. Pero bien liada.

Digamos que mi relación con mi pareja no era todo lo buena que ambos deseabamos (sobre todo por su parte), ella se refugiaba en la danza del vientre y yo me refugiaba en tratar de seguirla, apoyarla, animarla y en fin... tratar de reconstruir nuestra ya deteriorada relación. Pero todo intento resultaba infructusoso y todo paso adelante por mi parte resultaba en un paso hacia atrás de ella, esto me llevó a terminar en un pequeño culebrón oriental que paso a contaros.

Cierto día borroso para mi, a causa de un agente etílico indeterminado, me crucé en un pub con una chica monísima (Si, estaba tremenda), no recuerdo exactamente como pero sé que estuvimos hablando varias horas y claro el agente etílico en pleno uso de sus facultades me soltó desenfrenadamente la lengua (en el buen sentido), y le conté mi actual situación de desamparo amoroso. Y como suele decirse una cosa llevó a la otra y aunque siempre he sido un hombre fiel la losa de varios meses persiguiendo a la mujer a la que quiero sin obtener la respuesta esperada pesaba demasiado sobre mi conciencia, por no decir que a partir de cierta hora mis penas estaban mas que ahogadas en alcohol y tengo unos leves recuerdos de los sucedido. Amanecé en una casa que no era la de mis padres, con la chica preciosa a mi lado. Abochornado salí del lugar sin hacer ruido y esperando que todo quedara ahi, como un sueño, algo que no habia ocurrido.

Pasaron los dias, mi relación seguía como el culo, fuí una tarde a recoger a mi (aún) novia a la academia en la que recibe clases de danza del vientre, esperaba en la salida justo en el momento en el que salian todas riéndose y comentandose sus historias. Mi novia (muy educada ella) comenzó a presentarme a sus compañeras... y esta es X, mi profesora. ¡Tierra tragame!, momento tenso donde los haya, la recordaba vagamente y con bastante menos ropa. Situación estúpida 100%, mientras yo ponía cara de cerdo en matadero, ella sonreía levemente quizás atando cabos y mi por entonces novia permanecía pasiva ajena a todo contratiempo.

Desde aquel repentino encuentro traté de continuar haciendo mi vida normal pero me resultaba imposible, la chica X aparecía constantemente por todos lados y dado que mi novia se habia metido de lleno en ese mundillo pues cuanto mas trataba de recuperar su atención más contacto tenía con su profesora. Un circulo vicioso... nunca mejor dicho.

dejo para otro momento el resto de la historia. continuará...

Gran blog alergia!