lunes, 1 de diciembre de 2008

Diario de un damnificado Cap. 18

Me siento desplazado.

Llego un día a mi casa y me encuentro que donde antes se ubicaba gran parte de mi ropa ahora solo hay faldas, velos, túnicas... Mi ropa ha sido desplazada a otra zona. Soy un damnificado. Tengo una habitación que de ser una agradable salita ha pasado a ser un local de ensayo, el sofá esta plagado de cojines con espejitos y lentejuela, una pared ha sido forrada de espejos, el armario como ya he dicho ha sido rellenado de material oriental. Soy un damnificado. El equipo de música tiene una pila de cd's que suelen responder al título de "raqs no se qué", "baladi", "percusión", tenía una tele pequeñita, a su lado a aparecido un reproductor de DVD y junto a el se me acumulan varios DVD's de "aprende con X", "Sueños de no se quien", "Baila con X". Soy un damnificado. La zona alta del armario que antes estaba llena de juegos de mesa, herramientas, mantas, ahora han sido desplazadas igualmente y disponemos de un amplio surtido de sables, alas, bastones ... Soy un damnificado.

Tengo el Tac, Tac, Dum grabado a fuego en la cabeza ya que durante horas es lo único que atraviesa esa puerta del infierno... Bueno también a veces se asoma una cabecita que dice... "...Guapo ¿Nos haces un té?"... Porque claro... ensayar sola es tonteria, si además te puedes traer a media clase a casa a repasar las coreografías y las invitas a merendar. ¡Mejor!.

¿Hoy suena a que estoy quemado? jejejeje.